Introducción
Estamos hoy en día en una sociedad inmersa en un pensamiento en el que cada cual vale de acuerdo a lo poseído de manera material, deslindándose de toda herencia moral. En donde debido al infranqueable y desmesurado consumismo se afectó la conciencia del “propio yo”, dando como consecuencia un decaimiento de el valor puramente humano.
Los valores han sido sepultados bajo el escombro de lo que algún día los antiguos pensadores llegaron a imaginar en una sociedad futura, pero contrariamente a esto surge la necesidad del hombre por deshumanizarse. Una contracultura genéticamente trasmitida a cada nuevo espécimen procreado.
Es por eso, que actualmente debemos inculcar en el individuo actual la honestidad, un valor al parecer olvidado en los escaparates literarios que competen a la ética, para así perfeccionarnos continuamente, con la mera necesidad de transformar al mundo de un sueño utópico a una realidad tangible y humana.